La académica, titular de cátedra en Diseño de Indumentaria y Textil FADU-UBA, reflexiona sobre cuánto significó Jean Paul Gautier para la generación de diseñadores que estudió en los noventa.
Desde lo discursivo, sin dudas, que fue muy transgresor en su acercamiento a la moda. Al ver las colecciones de su autoría, entendí que existía un modo muy contundente de diseñar: que no era solo hacer ropa sino contar historias, opinar sobre cuestiones culturales, sociales y de género. Eso para mi representaba Gaultier
Recuerdo que era fascinante ver en sus prendas deconstruídas, las alteraciones producidas sobre prendas y órdenes de la modernidad. Una cuestión para nada menor fue su visión posmoderna con citas al pasado y a otras etnias que él, como nadie, supo mezclar con ironía.
También nos marcó, como generación, a través de sus diálogos con el cine, en los filmes de Pedro Almodovar o de Peter Greenaway, con esos trabajos subrayó la transversalidad de sus producciones y su impacto en la cultura.
En la escena estudiantil de los 90, ser diseñador era ser fanático de Gaultier, Rei Kawakubo, Issey Miyake, Vivianne Westwood, Claude Montana y Sybilla. Dentro del diseño vanguardista, él fue al que más admiré: sus diseños siempre sorprendían y hacían que pensáramos cuestionando lo establecido.
Su huella fue decisiva en la historia del diseño, por formar parte de esa generación posmoderna que mencionaba antes, y por permitir a otros diseñadores, como Martin Margiela, quién pasó por la marca, abrir caminos en el mundo del proyecto en la Moda.
Ph: IG Gaultier
