Moda en la asunción de la primera vicepresidenta norteamericana

Violeta ¿sufragista? Esa es la incógnita en cuanto al color púrpura elegido por Kamala Harris en la asunción como la primera vicepresidente mujer en la historia de los Estados Unidos. Más allá de que haya sido decisión o por pura coincidencia, lo cierto es que ese tono se destacó en las escalinatas del Capitolio y ante los ojos del mundo entero.

Y si bien días antes del acto inaugural de la nueva presidencia de Joe Biden, los dimes y diretes, previos, insistían en la posibilidad de un sari, en honor a su familia materna, oriunda de India, nada de eso pasó y Harris, fiel a la tradición vestimentaria de las norteamericanas optó por un vestido y un saco de línea simple. 

Se trató de una creación de Christopher John Rogers, un diseñador, emergente, asiduo a los reclamos por la diversidad y Blak Lives Matter. Y ese es el dato si se tiene en cuenta que el padre de la flamante mandataria es oriundo de Jamaica. 

La nota de color de la asunción -nunca mejor dicho- estuvo a cargo de Lady Gaga quien fue la invitada para cantar el himno. Y una vez más la artista estadounidense despuntó con un conjunto de chaqueta azul y una inmensa falda roja, además de un broche gigantesco, dorado, con la forma de una paloma. Vestuario acorde a la idea de unidad, ya que la cantante se animó a vincular los colores emblemas de los demócratas y republicanos en una misma pieza. Además, la simbología del prendedor fue una apuesta explícita al pedido de paz en toda la nación. Algo para nada menor si se tiene en cuenta las acciones violentas de los últimos días en el parlamento nortemericano. 

Vale recordar que el prendedor fue un accesorio clave para la moda de Elsa Schiaparelli, fundadora de la firma que -ahora en manos de Daniel Roseberry- vistió a Gaga. A su vez, ese tipo de joyas remite incansablemente a otros momentos políticos, ya sea por los legendarios broches usados por Eva Perón y sin ir tan lejos por el ave celeste y blanca que llevó Cristina el 25 de mayo del 2015. Esa creación antigua, restaurada para la ocasión por Eugenia Katz de la firma Las Katz, tuvo tal repercusión que debió ser replicada por la diseñadora. Otro broche que dio que hablar es el pájaro que llevó recientemente Claudia López, la primera alcaldesa mujer de Bogotá, capital de Colombia.

También será memorable la imagen de la jovencísima Amanda Gorman a cargo de la lectura del poema “The Hill We Climb”. Ataviada integramente por Prada, con un saco amarillo huevo y una vincha roja típica de la firma italiana. Eso sumado a los aros que recibió de Oprah Winfrey.

Con más o menos presencia del marketing político, seguramente, dado el contexto, los atuendos que llevaron hoy las mujeres nortemericanas serán de los más revisitados en lo que va del siglo XXI.

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