No tenemos la certeza que el hábito haga al monje aunque seguro que si lo hace o, mejor dicho, completa la propuesta escénica de un artista. Y eso Fito Páez lo entiende y lo asume al pie de la letra desde sus primeras apariciones en escenarios y por sobre todo, desde el lanzamiento de «El amor después del amor», el disco que está cumpliendo 30 años y que convocó a los dos shows realizados este fin de semana en el Estadio Vélez Sarsfield.
Si hay algo que se replicó durante la primera noche y las horas posteriores en las redes sociales y pantallas aledañas, fueron las fotos del traje pantalón y redingote violeta obispo muy bien llevado por Páez durante buena parte del espectáculo.
¿Qué es un redingote? El saco a la rodilla que está a medio camino entre una capa y un abrigo y que debe su nombre a la expresión anglosajona «riding cote» («abrigo para cabalgar») o «raining cote» («abrigo para la lluvia»).
En ese sentido, no extraña para nada que Pablo Ramírez, el creador de las piezas, traiga al presente y aggiorne esa tipología que data del siglo XIX, ya que es uno de los diseñadores contemporáneos que mejor lleva adelante esa tarea exploratoria.
Tampoco llama la atención esa elección por parte de Páez; aunque no lo haga manifiesto, claro que se lo puede considerar como un declarado fanático de la indumentaria y los accesorios. Lo cierto es que, así como trasciende a través de la música, lo mismo sucede con sus atuendos volviéndose un caballero mágico que viaja a través del tiempo.
El datazo de las piezas creadas especialmente por Ramírez es que remiten a 1999 cuando el diseñador tuvo a cargo el vestuario del cantante, en coincidencia con la producción de la línea «Casta» que presentó en la temporada de invierno siguiente. De ahí el revival de estas super mangas usadas en ese momento para el diseño de uno de los tapados de la colección, aunque en otro género y con otras terminaciones.
A su vez, el vestuario es un guiño ineludible al del traje, también violeta, aunque con cuello Mao, que llevó Fito hace tres décadas, cuando salió el disco en cuestión. «Le encantó la idea del redingote, la manga y el vuelo», recuerda Ramírez. «Por eso se me ocurrió hacer el cruce entre el traje de ‘El amor después del amor’ y ese que se había probado», concluye.
Ph: Gentileza Producción Fito Páez y archivo Pablo Ramírez