Tres que apuestan a la sostenibilidad en Puro Diseño

En el marco de la reconocida feria que hasta el domingo se desarrolla en el salón ocre de la Rural entre las 12 y las 22 hs, se exhiben propuestas que hacen foco en la recuperación de materiales: aluminio, plástico y joyas en desuso. Cómo pensaron la marca, cuál es el modelo de negocios, las metas más próximas. Conocelos.

Recuperar la mirada
“Surgió hace dos años con la premisa de abrirle los ojos a las personas respecto a la contaminación por plásticos” dice Malcolm Rendle dueño de la firma Bond que diseña gafas con material de desecho. La idea nació cuando él hacía actividad física por vial costero de Vicente López y se sorprendió de la cantidad de basura plástica acumulada en la orilla del río. Arrancó solo y así estuvo un año y medio hasta que se sumaron dos socios capitalistas.

El desarrollo está organizado en cinco etapas: primero recolectan los plásticos con los clean ups que ellos mismos realizaron, siendo la materia prima el PET proveniente de las botellas; después todo lo recolectado va a la planta de acopio donde se separa por tipo de material y en el caso de las botellas por color (cristal, celeste y verde); una vez separado se compacta en forma de fardos para facilitar su manipulación; luego es enviado a la planta de reciclaje Reciclar SA es triturado, lavado, extrudado y convertido en pellets; posteriormente estos últimos son retirados y los utilizan para la inyección de los marcos y patillas; por último llega la concientización del cliente cuando vuelve al local con unas gafas Bond en desuso para volverlas a reciclar y es beneficiado con un 30% en su próxima compra.

¿Cuánto plástico reutilizan de cada botella? Con una hacen un lente y el excedente es destinado a otras industrias. Actualmente el equipo se conforma de siete personas divido en marketing, ventas, finanzas y producción. “Estamos trabajando en la internacionalización de la marca y esperamos ampliar nuestra llegada a Latinoamérica para fin de año”, dice Rendle.

Renacimiento joyero
Quimbaya nació al mismo tiempo que Juan Manuel Romero decidió renovar su vida. Esto pasó después de un accidente que lo dejó una semana en coma y cinco meses en reposo. “Este hecho hizo que me diera cuenta que tenía un trabajo que lo único que me daba a cambio era dinero y comodidad pero que quería algo que amara y me apasionara” comenta. Hizo un curso en la cámara de joyeros de Córdoba hasta que terminó dedicándose de lleno a la orfebrería. Hoy son tres trabajando full time en la marca.

“Nosotros somos los primeros orfebres en argentina en producir con tecnología 3D, de hecho a mi me nombraron embajador de la marca que usamos ( Photocentric ) en la aplicación de joyería a nivel mundial, lo cual me llena de satisfacción y orgullo” comenta, La ventaja que tiene este método es el nivel de detalle, precisión, la ausencia de limitantes morfológicas a la hora de diseñar y el aumento de la capacidad de producción. A su vez, la firma tienen una perspectiva sostenible porque también trabajan con material de joyas en desuso para hacer un nuevo diseño.

¿Cuál es el modelo de negocios? ¿qué propósito de crecimiento tiene? Venden solo al cliente final de manera online, pero están en condiciones de escalar la producción por lo que van a comenzar a vender productos al por mayor para que puedan ser exhibidos en locales en todo argentina. “Queremos ser un referente a nivel país en joyas de diseño. Ese es nuestro mayor objetivo”.

Sofisticado y Artesanal
“Darle nueva vida a elementos,que de otro modo irían a parar a la basura realmente me entusiasma y aflora mi creatividad” dice Catalina Guzmán, diseñadora industrial y dueña de Blackñandú.

Comenzó en el 2015 y con la marca recuperó parte de su historia en Rauch, provincia de Buenos Aires; su mamá tiene una tienda de zapatos y ella de chica siempre visitaba la talabartería de su pueblo. “Black representa el aluminio, lo sofisticado, lo internacional, y Ñandú; lo rústico, lo noble , lo nacional, el cuero”. Hace mochilas de aluminio con una parte de cuero para que no sean demasiado rígidas. El primer modelo vendible fue el llamado Van der Rohe, inspirado en el “padre” del minimalismo.

El 100% de los productos los realiza en el taller que montó en su casa y toda la producción está desarrollada bajo los valores del “slow made”. “Para mi el taller es, como un laboratorio, donde constantemente estoy probando nuevas propuestas y combinaciones tratando de llevar cada material a su máximo potencial”, comenta.

¿Qué espera de «Puro Diseño? «Para nosotros siempre es una experiencia sumamente enriquecedora. Es de gran importancia como emprendedora participar de este espacio, que nos brinda visibilidad y que nos da la posibilidad de interactuar con el público del evento, en un ambiente ameno rodeado de diseño: mostrando nuestra propuesta; sumando seguidores en las redes; consiguiendo nuevos clientes e interesados en conocer más sobre la marca» sintetiza.

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