Un estudio inédito calculará las medidas corporales de los argentinos, pero necesita más voluntarios varones

Es el paso previo para que empiece a regir la ley de talles, que diversificará la oferta de ropa; ya se relevaron 8000 personas de las 14.000 que se necesitan

Horas antes de dar por terminadas las mediciones corporales que comenzaron a fines de julio en la ciudad de La Plata, el Estudio Antropométrico Argentino (EAAR) –a cargo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)– ya alcanzó a relevar alrededor de 8000 cuerpos en distintas zonas. Son más de la mitad de los 14.000 necesarios para poder determinar una tabla conforme al Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (Suniti), que establece la ley 27.521, aprobada en diciembre de 2019 y reglamentada en junio último, en respuesta al reclamo social ante la falta de prendas de vestir para todas las medidas.

Todavía quedan por completarse las mediciones de cuerpos de hombres (que tienen escasa asistencia en general al estudio) y mujeres de la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense –el próximo paso del estudio será en Pilar– y la Patagonia para completar dicho relevamiento, planificado de acuerdo con un muestreo representativo para los estratos de la población que se definen por sexo, género, grupo etario y regiones del país.

La norma, conocida coloquialmente como “ley de talles”, además de significar un nuevo capítulo en la ampliación de derechos para los ciudadanos, constituye una referencia ineludible para las futuras reglamentaciones en los países de la región.

Así lo demuestra el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) de Chile, que, para realizar un diagnóstico de las políticas sobre el talle (por ahora solo del vestuario femenino) y con la idea de generar un estándar de información adaptado a las características de las consumidoras, está consultando directamente a profesionales del INTI con el propósito de efectuar las mediciones. Algo parecido pasa en Uruguay, donde tampoco existe una norma que regule los talles de indumentaria, aunque cada vez son más visibles las demandas de la sociedad civil, entre ellas la de las activistas del movimiento Ley de Talles UY, que impulsan la aprobación de un proyecto que también propone un estudio antropométrico, a realizarse en el lapso de un año, con actualizaciones cada diez.

En cambio, en el caso de Paraguay, si bien hubo conocimiento de la reglamentación argentina, la de los talles no llegó a ser una cuestión de discusión ni en la agenda pública ni en la de los medios de comunicación. “Todavía no está tan mediatizado, no se habla mucho del tema”, afirma Eva Torales Zotelo, diseñadora textil y de indumentaria, gerenta de Formación y Proyectos de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay (AICP). La experta explica que tampoco hay estudios de normalización oficiales que den una referencia, sino que la medición es más bien artesanal y no implica ninguna tecnología. “Es algo que está muy verde aquí, en Paraguay. Creemos que no despierta interés porque la población desconoce, está satisfecha o no se manifiesta al respecto”, concluye.

Objetivo

“El objetivo es claro: caracterizar a los argentinos y las argentinas a través de sus medidas corporales. Hablamos de contornos, anchos y largos del cuerpo humano”, subraya Sandra Jung, licenciada en Matemática, representante del INTI a cargo del EAAR. Esas medidas se obtienen mediante un escáner 3D, que genera una imagen virtual en un lapso de entre diez y quince segundos por medio de dieciséis cámaras infrarrojas que, a su vez, pueden realizar hasta 400 mediciones con un solo escaneo.

Entre las medidas que registran se incluye además la de los pies, conforme a la norma, que en su reglamentación incorporó también los talles de los zapatos. Aunque ahora queda por ver si esto se traducirá en una modificación o si este rubro continuará rigiéndose por el sistema de numeración “calzado AR”, de acuerdo con la norma técnica IRAM 8604.

La reglamentación, en junio, otorgó un plazo de ocho meses para el desarrollo del EAAR, que debería entonces concluir a más tardar en febrero próximo.

“Esta etapa es importante porque sin este estudio no se puede avanzar con la ley”, indica Sami Alonso, miembro de AnyBody Argentina, la organización no gubernamental pionera en la última década en impulsar y dar a conocer la problemática. Más allá de la convocatoria oficial para inscribirse, a través de la web del INTI o directamente desde la app Mi Argentina, resultan centrales el trabajo de difusión y el acompañamiento de activistas –como Brenda Mato o Mercedes Estruch– y de ONG que se manifiestan por este tema. Hasta ahora, de las personas que asistieron a medirse un 80% corresponde a corporalidades femeninas y solo un 20% a las masculinas. Ese indicador genera la suficiente atención para insistir en el llamado y para que también sean cada vez más los hombres censados.

“Esto habla de a quiénes nos interpela esta problemática”, indica Alonso. “Para nosotras es superimportante ir, censarnos y sentirnos parte de esta ley, que, de alguna forma, nos va a traer una moda más democrática”, añade. De hecho, según la encuesta de AnyBody 2020, si bien un 65% manifiesta tener dificultades para encontrar talle, de un total de más de 8000 encuestados el 94,8% refiere a ropa de mujer y solo el 5,2% a prendas de hombre.

“Una vez terminado el relevamiento se hará un proceso de verificación de medidas y de imágenes 3D, y luego en función del trabajo estadístico de estos datos separados por región, genero, sexo y edad –explica Jung– se emitirán los resultados, las tablas de medidas corporales, que luego se traducirán en talles para la ropa”. Y alude a la guía que tendrá que ser actualizada al cumplirse la década y a la que tanto las provincias como la ciudad de Buenos Aires deberán adaptar sus normativas preexistentes, según determina la ley, que comprende a la indumentaria para hombres y mujeres, a partir de los 12 años, fabricada, confeccionada y comercializada de conformidad con el Suniti.

No obstante, vale destacar que la reglamentación bajo ningún punto de vista implica que una empresa o comercio tenga que tener una oferta de todos los talles disponibles, sino que incluye indumentaria, calzado y los uniformes de trabajo. Quedan exceptuadas aquellas prendas de “alta costura” o de diseño de autor, las confeccionadas a medida y las que se realicen de manera personalizada a pedido del consumidor. También quedan eximidos los accesorios de vestir (corbatas, bufandas, pañuelos, medias, guantes, sombreros, entre otros) y los implementos destinados a la protección personal en tareas laborales.

Nota publicada en diario La Nación.

 

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