Terán y Mena: Dos generaciones se saludan

Al cabo de unos minutos el diseñador Gonzalo Terán y Florencia Siciliano, estudiante de Diseño de Indumentaria y Textil, próxima a graduarse, ya parecían viejos conocidos. Él con 38 años recién cumplidos desde hace once diseña zapatos en la marca que lleva su mismo apellido,  y ella transitando los 27,  fundó la firma Mena con la que debutó en la pasarela de BafWeek Primavera- Verano 2018, en el marco del Semillero UBA.

Se encontraron por primera vez para dialogar con lamodadice sobre su paso por la carrera en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA y durante toda entrevista a la solvencia en las respuestas de Terán correspondieron los gestos de de acuerdo, asombro y consulta -en ese orden- de Siciliano, así pasó durante toda la charla que compartieron en el Café de los Carruajes en el Teatro Colón. Ambos estarán participando del desfile de cierre, el sábado desde las 17 hs,  en el marco de la cuarta edición de la Bienal de Diseño que desde hoy se celebra en FADU.

¿Por qué eligieron estudiar diseño?

FS: Desde chica me gustó coser, era obvio que había algo por ahí. En el diseño podía encontrar una herramienta para no caer en la literalidad, y al fin y al cabo me pasó eso; encontré un lenguaje. Nunca me lo replanteé, siempre me gustó y eso que no sabía con qué me iba a encontrar.

GT: Empecé a los 3 años en Rosario en un taller que se llamaba “Pedagogía por el arte”. Ahí estuve toda mi infancia, me daban técnicas de expresión. Siempre me gustó el diseño y el arte. Soy una ávido consumidor. Cuando estaba en 7mo grado, en los 90, venían todas las revistas de afuera y me compraba montones de ejemplares; Surface, Wallpaper, entre otras. 

¿Ibas a ver moda?

GT: En Rosario era más difícil pero recuerdo que hacía la tarea y miraba el canal Fashion TV.

¿Con qué se encontraron cuando llegaron a FADU?

GT: La primera clase, tenía que ser si o si, proyectual. No sabía bien que venía a hacer pero me parecía divertido. Estaba en el Ciclo Básico Común (CBC). Me encantó, eran cosas muy interesantes. Hasta ahí no conocía diseñadores. También había compañeros que querían hacer paisajísmo. Era genial, todas cosas nuevas. 

FS: Quedé maravillada. Feliz. Mi hermana es arquitecta y ya venía mentalizada con el chip de la relación social. Me acuerdo que llegué y me encontré con el caos del CBC que recién comenzaba. La primer materia fue proyectual. Me dijeron cosas que me hicieron pensar si eso iba a ser así siempre. Recuerdo que salí como elevada.

¿Cómo se imaginaban en ese momento?

GT: Mi búsqueda era tener la libertad de crear y que me vaya bien con eso. Quería diseñar y consumir diseño. 

¿Pensabas tener una marca?

GT: Todo diseñador siempre piensa en crear de manera ilimitada y la marca te limita en algunas cosas pero te potencia en otras. Con la marca tenés que pensar en un producto para un público y eso te da un esquema.

FS: ¡Eso está bueno! Soy muy plural; tengo muchas cosas en la cabeza que me gustan y muchos estilos. A veces con la marca tenés márgenes también para que funcione y eso me hace un poco mal. Siempre estoy en esa discusión ¿A vos te pasó?

GT: Sí, completamente. Aunque si sos diseñador tenés que ser curioso 24 horas por 24.

Cuando empezaron ¿Quiénes eran sus referentes?

FS: Nunca me caso con nadie, quizás medio trillado pero la seriedad que la marca Dior. La simpleza, lo pulcro. Eso trato de hacer; que no se vean las costuras, por ejemplo, que queden escondidas. Siempre fui así.

GT: Gran parte del diseño es tener siempre la mirada propia. Aunque hay algo que ya venía de mi casa: Hermés. También Balenciaga. Rescato toda la teoría del diseño que puso en relieve: qué importa y qué no. Además de la menor cantidad de recursos posible para generar el mayor impacto.

Gonzalo, desde los inicios, hace 11 años, hasta ahora ¿en qué fue cambiando Terán?

GT: Es como un perfume que se evapora y cada vez dura más. El discurso es cada vez más coherente. En mi caso el creador es la marca. Nosotros estamos haciendo la historia viva de nuestras marcas.

FS: Qué bueno esto que dijiste de la marca y vos,  de vos como persona.  A mi me pasa que Mena me revela muchas cosas, me pasó con el tema del feminismo. Es una marca que además me trae sinceramiento. 

GT: Estás generando un discurso y al hacerlo reveés las partes conscientes y después te ponés a analizar las subconscientes. 

Entonces, ¿cómo sería? ¿la marca los define a uds o uds a la marca?

GT: Es un ida y vuelta, la marca es nuestra biografía. Cuenta la historia para atrás y también habla de quiénes somos…

FS: Yo estoy en un momento caótico, el ya llego a la paz

GT: No, no, no. Si eso pasa es que ya estás muerto (risas) 

FS: Quiero decir que sigo alborotada con lo que es Mena y que vos vas más a lo simple

GT: Porque esa es mi búsqueda, tiene que ver con las raíces. La tuya quizás es otra. Lo que estás contando que haces ahora después lo vas a entender más y en diez años vas a ser mejor diseñadora que ahora. El tema es que tu discurso este alineado con lo que se busca en ese momento. 

¿Qué les dio la UBA? ¿Cuál es su ADN en ese sentido?

GT: Si en tu historia no se nota hay algo que está mal. El diseñador tiene que mostrar al mundo su mirada, en mi caso en un zapato. La UBA me dio la posibilidad de resolver con lo que tenés. 

FS: La UBA me permitió conocerme y formarme, me dio las herramientas para descubrirme y, a su vez, me entrenó en una mirada realista y sincera del entorno. En ese sinceramiento lo que logro, al acercarme al diseñó, es tomar partido sobre aquello que quiero comunicar desde una mirada más comprometida.

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