Entre los hechos culturales de esta semana la visita de Patti Smith en Buenos Aires y el show que dio en el Luna Park, además del posterior encuentro con el presidente electo Alberto Fernández, quedarán en la retina de los dichosos que vibraron con ella.
En un concierto de una hora y media, que arrancó pasadas las 21 hs del jueves, la poetiza del punk arengó, endulzó y bajo línea al público argentino al que tiene cautivo al menos desde su última visita el año pasado. Esta vez, acá, cerró su gira sudamericana que antes la tuvo en Santiago de Chile, a donde tampoco titubeó para manifestarse a favor de las protestas trasandinas.
Sin dudas, uno de los puntos más conmovedores del show fue cuando la artista de 72 años tomó un pañuelo verde -insignia de la lucha por la despenalización del aborto- y lo enganchó en su bolsillo delantero. Tema para nada menor si te tiene en cuenta que esa misma noche el presidente Mauricio Macri reafirmó su veto para derogar la actualización del protocolo del aborto no punible. Antes Patti también anudó una tela con los colores de la whipala en su muñeca y eso no fue otra cosa que un modo de solidarizarse con la resistencia en Bolivia.
Patti Style
Y hubo moda, al estilo Patti, claro, como para corroborar que sigue siendo una precursora en eso de usar ropa de hombre proponiéndola como si fueran prendas sin distinción de género, una vez más, apareció vestida con un saco, chaleco y pantalón negro y una blusita blanca. Hay que decirlo: esa imagen de dandy desarreglada la popularizó ya en los 70 cuando la expresión a-gender no estaba en el imaginario de la vestimenta. “En la época que empezó a hacerlo eso no era frecuente en las mujeres y ella lo sostuvo, su estilo es muy singular e identificatorio” señala Andrea Urquizu, diseñadora avezada en vestir rockeros de la escena loca
Al pensar en Smith y su atuendo es inevitable ir también a la tapa del disco Horses en el que aparece con camisa y corbata en una pose altamente desprejuiciada. Otra es la de Gone Again, más cercana en el tiempo, a donde está mirando hacia abajo con una chaqueta oversize de cuero raído, y otra vez, sin poder discriminar si es una tipología para hombre o de mujer. “Hay rasgos del punk, como pueden ser alguna campera, o un top con hombro al descubierto”, repasa Urquizu y ahora la remisión inmediata es a la portada del libro “Éramos unos niños”, también de la autoría de Smith.
Para Emiliano Blanco, diseñador de Kostüme, marca que viste a numerosos artistas argentinos, ella “es contracultura pura, su estilo tuvo que ver con romper esquemas, y eso lo sigue haciendo hasta ahora. Es tan congruente su vida y su obra que no necesita tanto estilismo, evidentemente no es alguien que juegue demasiado con su manera de vestir”. Blanco alude la propuesta antimoda que la caracteriza y, en ese sentido, agrega: “tengo la sensación de que disfruta de la indumentaria desde un lado más intelectual por eso se viste bastante con la diseñadora belga Ann Demeulemeester y también en algún momento con (Yohji) Yamamoto”.
¿Qué le diseñaría? “Un blazer, con mis bordaditos de metal para llevarla un poco al futuro, sin duda esa es la prenda para Patti” señala Urquizu, mientras Blanco cree que “es tan ella y tan auténtica que hay que vestirla de negro y ponerle un traje, una camisa o una remera” Y agrega: “Sigue teniendo una actitud muy punk, y a su vez, muy empática con el público en un estado duro y de ternura al mismo tiempo, eso me encanta”