París en series, entre la crudeza y el idilio “for export”

Con imágenes y lugares más o menos conocidos, en los últimos 20 años, París fue representada decenas de veces en filmes memorables. Sin dudas, Amélie le devolvió la centralidad a la capital francesa a través de los ojos ilusionados de la protagonista y su merodeo por la “Ciudad de la Luz”, pero no hay que olvidar hitos como Moulin Rouge!, Antes del atardecer Medianoche en París. En el último año se estrenaron distintas series situadas en esa ciudad, y la remisión no sólo es geográfica o turística, porque estas producciones tratan justamente acerca de cómo es la vida en París, con todos sus contrastes.

Así lo demuestran principalmente Ten Percent, Emily in Paris y Plan Coeur, las tres disponibles en Netflix. Ficciones que aún con todas las diferencias que presentan entre sí, desarrollan la trama en departamentos típicamente parisinos, en torno a mesas de bares y restaurantes bistro que pueden estar en el Barrio Latino o Les Marais, con frecuentes alusiones al estilo, como para recalcar, además, que esa ciudad sigue siendo un destino de moda.

Claro que también están las historias que suceden en los márgenes, como es el caso de Lupin o Recursos Inhumanos (ambas también en Netflix), con un registro que suma escenas en los barrios populares por fuera del centro parisino. ¿Pero cuáles son las representaciones de París más fieles?

Basada en el libro de Pierre Lemaître, «Recursos Inhumanos» sigue la vida de un hombre desocupado.

Ciudad souvenir

Desde el inicio, Ten Percent deja bien en claro que la vida de los personajes sucede en París. Así se lo ve a Gabriel Sarda (Grégory Montel) desde del primer episodio: entrando al hotel Westin en la Place Vendôme, una de las zonas más lujosas de esa ciudad, y a la propia Andréa Martel (Camille Cottin) vociferando por los pasillos de ASK –la agencia de talentos donde trabaja– que todo lo que su asistente aprendió de París se lo debe a ella.

Mientras tanto, avanzan los envíos, los gestos, el modo de vestir, incluso los consumos gastronómicos de la mayoría de los personajes que responden al “deber ser” parisino, algo que le hacen saber al otro, con placer. Y en este caso el otro es Camille Valentini (Fanny Sidney), la jovencita recién llegada de Mandelieu-la-Napoule, en el sur de Francia, quien además de querer trabajar en la industria pretende acercarse a su padre, Mathias Barneville (Thibault de Montalembert) uno de los jefes de la oficina. Es justamente Camille el rol que mejor pone en escena la metamorfosis del antes y el después de la vida en París.

Todo lo que parece natural en Ten Percent no es más que puro artificio en Emily in ParisEsta serie –discutida por su dudosas nominaciones en la última entrega de los Golden Globe– no hace mucho más que exhibir cómo se transforma la vida de Emily, la centennial norteamericana interpretada por Lily Collins, quien deja su Chicago natal para mudarse a un edificio histórico en Place de l’Estrapade.

"Emily en Paris", sobre una centennial norteamericana que se muda a la capital francesa.

«Emily en Paris», sobre una centennial norteamericana que se muda a la capital francesa.

La misma que cumple con todos los clichés para tratar de ser una perfecta parisina: arranca las mañanas con su pain au chocolat de Boulangerie Moderne, usa una boina como las que venden en los puestos de souvenirs de Montmartre, y parece embelesada cuando sube las escalinatas de la Ópera. Aunque de a ratos, vuelve a ser la joven que detesta la vida irresuelta de los edificios añejos, las dificultades con las cañerías y el desparpajo parisino de las mujeres que encienden un cigarrillo apenas salen del gimnasio.

Plan Coeur también transmite una Paris for exportY aunque se trata de una historia previsible sobre las desventuras amorosas de un grupo de jóvenes, vale destacar que por momentos tiene una correlación más real que Ten Percent. En Plan Corazón, de acuerdo a su traducción al español, aparecen personajes de diferentes orígenes, como el papá afrodescendiente de Elsa (Zita Hanrot) o Charlotte, una de las amigas de la protagonista, interpretada por la actriz franco argelina Sabrina Ouazani.

Al mismo tiempo, lo más interesante de esta producción es que da un giro inmediato en torno de la actualidad: pone en escena cómo es la vida en París en medio de la pandemia del Covid-19. Más allá del tono distendido con el que es enfocado el tema, refleja cómo comenzó a modificarse la existencia de los ciudadanos en una de las capitales europeas más afectadas por la peste. Así, la historia se convierte en bitácora y da cuenta del día a día de los protagonistas que lidian con la presencia del virus, en un guiño de cercanía inevitable con todos los mortales.

¿La Réalité?

El comediante Omar Sy protagoniza Lupin, inspirada en el ladrón de guante blanco de Maurice Leblanc.

El comediante Omar Sy protagoniza Lupin, inspirada en el ladrón de guante blanco de Maurice Leblanc.

En el polo opuesto está Lupin –basada en la saga detectivesca de Maurice Leblanc, que narra las aventuras de Assane Diop, el ladrón de guante blanco, protagonizado por Omar Sy, uno de los comediantes franceses más exitosos de la actualidad. Y todo cambia con el color de piel del protagonista. La serie procura mostrar los paisajes de postal parisina, como el Museo del Louvre o el Jardín de las Tullerías, aunque parte de la historia también es narrada en las áreas subterráneas del edificio de la Municipalidad o en un penal con presos pesados. Pero tal como sucede en Plan Coeurlas tensiones raciales y las desigualdades sociales son solo parte del contexto, tratado con ligereza al mixturar escenas de suspenso con buenas dosis de humor.

Por su parte, Recursos Inhumanos –la miniserie de seis capítulos, basada en el libro del novelista Pierre Lemaître– no solo sale por completo de la fantasía y superficialidad sino que sigue la vida de un hombre desocupado, involucrado en un delito tras conseguir un nuevo trabajo. Al transcurrir mayormente en La Défense, el distrito financiero parisino y también en los suburbios, no aparecen las referencias obvias de la ciudad de ensueño. A eso se suma que Alain Delambre –el personaje central protagonizado por el ex futbolista Éric Cantona– vive en un departamento hipotecado del que ni siquiera llega a pagar las últimas cuotas y trabaja en un rascacielos de una París para nada frecuente, al menos para el propósito de las ficciones aspiracionales.

El foco no está ni en lo cultural, ni en lo histórico sino en la problemática global del desempleo que azota a los mayores de más de 50 años, el consiguiente desaire del mercado y la violencia que suscita en sus víctimas. Esta historia que bien podría pasar en París o en cualquier otro sitio, porque queda claro que, lejos del estereotipo, París ya no es una fiesta.

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