Una argentina y otra chilena unen diseño y tejido para producir accesorios. Prometen más para el verano. Sintonía con el contexto de la moda global.
“Hasta acá llegamos” esa podría ser la voz omnisciente que resonara una y otra vez en el sistema de producción de la moda, no solamente acá sino también en otros sitios del mundo. Y ese punto final debería traer aparejado un cambio en los modos de hacer, comercializar y consumir ropa. Algo de eso se vio este fin de semana en la London Fashion Week Mens que termina hoy en la capital británica. La tendencia hacia el diseño de ropa sostenible es cada vez más frecuente y más visible en las pasarelas. Prueba de ello fueron las presentaciones de Christopher Raeburn, un verdadero pionero en el tema. Ahora también director creativo global de Timberland, el diseñador inglés montó una clase de upcycling junto con la actriz Lena Waithe e hicieron una chaqueta nueva con el material de otra ya existente. Otro de los casos a tener en cuenta es el de diseñadora Bethany Williams recientemente seleccionada para el premio LVMH, quién también trabaja con residuos y esta vez, para la nueva colección, lo hizo con descartes de la industria editorial.
Este síntoma de época, más como una necesidad que como una cuestión de marketing, también se hace presente en Buenos Aires y en otras ciudades del país. Cada vez son más las marcas que trabajan en la recuperación de telas ya existentes. Un caso para destacar -que une saberes en diseño y en tejido- es la marca de ropa masculina DOMINGO que fusionó con Telare, la firma chilena que trabaja en base a desechos textiles.
Fusión trasandina
¿Cómo surgió la iniciativa? “De las ganas que ambas teníamos de visibilizar el impacto que existe con los descartes textiles que se desechan después de cada colección” dice Victoria Cerón diseñadora de Telare. Ella trabaja con retazos de tela que convierte en fibra para tejer en telar, de ahí el nombre. Tradición que además le hace honor a sus ancestros.
Agustina Alvez, a cargo de DOMINGO se formó como diseñadora en Rosario y trabajó en diferentes marcas de esa zona del país y también como docente. En el 2011, ya instalada en Buenos Aires, lanzó la firma con la certeza de hacer ropa para hombres. Prendas atemporales, con un exhaustivo trabajo de investigación detrás y con temáticas latinoamericanas. No solo generó atención en músicos y otros artistas que comenzaron a usar la marca (Emmanuel Horvilleur, entre otros) sino que además diseñó líneas de ropa especiales para Campari y a principios de este año salió con una nueva propuesta llamada SÁBADO, orientada a mujeres y hecha en sociedad con la actriz Violeta Urtizberea.
La unión con Telare nació primero de modo virtual, hasta este año cuando ambas diseñadoras coincidieron en Buenos Aires. Alvez convocó a diferentes artistas para una muestra por los siete años de la marca y entre ellos por supuesto que también colaboró Cerón. Esa primera participación tuvo continuidad en la cápsula de accesorios que idearon juntas. “El valor que le agrega Telare es sumamente ético, donde hay personas que fusionaron y están trabajando y construyendo desde descartes textiles en una nueva superficie” dice Alvez. Se trata de productos pensados para usar en la ciudad: una mochila y una cuellera hechas con tramas de telar, retazos textiles sobrantes y también de prototipos de colección son los primeros de esta experiencia que prometen seguirá en la próxima colección, la de verano.
¿Cómo se transmite esta historia creativa y sostenible a los clientes? “A través de las redes sociales empezamos a contar la historia de la mano de la Fashion Revolution Week, mostramos a la gente que existe un mundo contaminado por el textil y también contamos que hay proyectos que se quieren hacer cargo de este problema. Así empezamos a mostrar la fusión DOMINGO + Telare; primero lo hicimos con fotos de la ropa y después de esas mismas telas ahora tejidas en telar” sintetiza Cerón.
Ph: Leonardo Curatella