Somos capaces de mostrarles a los consumidores que podemos hacer cosas maravillosas usando desperdicios». Esta expresión pertenece a la polaca Patrycja Guzik, una de los diseñadoras que participó de la competencia Eco Chic Design Award 2015-2016, reflejada en La vanguardia de la moda (Frontline Fashion).
Este documental, de reciente estreno en Asia, se presentó por primera vez en la Casa de la Provincia de Buenos Aires por iniciativa del académico Miguel Angel Gardetti y la diseñadora argentina Rosario Díaz, que además de dar su testimonio en la película, ofició de costume manager de Redress, http://redress.com.hk/, la organización no gubernamental que hizo el registro fílmico.
Fundada por Christina Dean, Redress trabaja desde el 2007 en Hong Kong para reducir la basura que genera la industria de la moda. Lo hace de acuerdo con tres vías fundamentales: educando a los diseñadores emergentes, inspirando e informando a los consumidores y trabajando directamente con las marcas.
La elección de Hong Kong como lugar para establecerse no es casual y mucho menos ingenua, ya que es el territorio considerado como la puerta de ingreso a China, donde se produce gran parte de la ropa que se usa en todo el mundo.
«Desde que te sentás a diseñar una remera tenés que ser consciente de todo el impacto que va a tener sobre el ambiente y las personas», comenta Díaz, tras vivir un año en Hong Kong y ser la encargada de acompañar en el día a día a los elegidos para el Eco Chic Design Award. «Este documental se enfoca en el seguimiento de estos diseñadores y eso es muy inspirador», sostiene.
El film relata el último tramo del concurso, http://www.ecochicdesignaward.com/, en tanto proceso de aprendizaje, que se extiende durante diez meses y que hace que los jóvenes seleccionados que provienen de países de Europa y Asia (Polonia, Italia, Reino Unido, Alemania, Hong Kong, Tailandia, China y Japón, específicamente) estén informados e investiguen para poder crear una colección sustentable. Se trata de seis prototipos mediante técnicas de upcycling (reciclar material transformándolo en un producto de mejor calidad), reconstrucción y zero waste (eliminar los desperdicios en la etapa del diseño).
Así es posible ver a los diseñadores intercambiando experiencias entre sí, en medio de ensayos para poder demostrar que la técnica por la que optaron y el resultado producido son sustentables. También, se los ve desarmando prendas en desuso, deshaciendo suéteres para usar la lana, buscando materiales nobles al revolver entre montañas de ropa -alguna sin estrenar- y tirada a la basura, literalmente.
«Desde la producción hacia el consumo se tiene que construir un puente, el de la información», explica Gardetti, que está al frente del Centro Textil Sustentable, y agrega «si el consumidor no tiene información no va a poder decidir a consciencia».
En esa tarea trabaja Redress y los diseñadores que protagonizan el documental: buscar formas de producción basadas en la sustentabilidad y en la construcción de ese puente para dar información y para proponer otros modos de consumo posibles.