El talento y la visión de futuro del diseñador japonés lograron trascender las fronteras de Francia para llegar al resto de Europa, y por supuesto a Asia y también América. El fue un diseñador global que logró reconocimiento a través de sus diseños y también en el gesto democratizador de sus emblemáticos perfumes. La impronta de Kenzo Takada penetró con fuerza en la década del 70, aunque llegó a consolidarse en los 80 y 90, cuando ya contaba con admiradores y seguidores de distintas generaciones en todo el mundo. Lo cierto es que a más de cincuenta años de su debut y a escasos días de su partida, mientras su equipo de trabajo convoca a rendirle homenaje hasta el jueves 8 de octubre llevando flores y dibujos a su casa parisina, su legado continúa siendo reconocido tanto en el nuevo como en el viejo continente.
Virginie Bussierre diseñadora francesa, quien trabajó con Kenzo en los años noventa, atesora momentos memorables con el diseñador:
«Conocí a Kenzo Takada después de un viaje a Chile, Argentina y Bolivia. Cuando regresé a París, me enteré que la marca estaba buscando a un asistente para el estudio. Si bien antes del viaje ya había trabajado con Karl Lagerfeld y Hermes recuerdo que cuando llegué a la Place des Victoires fue como un sueño. Mi madre era amante de la cultura japonesa y en mi casa a todos les gustaba la cultura de ese país y lo que hacía Kenzo».
«Me propusieron un puesto de asistente para organizar un show en Himeji, la ciudad donde había nacido el diseñador. Para él era muy importante mostrar lo mejor de su trabajo. Fue un show muy diferente a los que se hacían en París porque había modelos hombres y mujeres».
«Con Kenzo Takada fui tres veces a Japón, también estuvimos en China, Taiwan, Hong Kong y Taipei. Fuimos con veinte modelos entre ellas; Emmanuelle y Valerie Merlino, Anne Kristin Becker. Recuerdo que era increíble lo que pasaba en la calle, las personas querían fotografiarse con él, era una verdadera estrella».
«Al trabajar con él aprendí mucho; a buscar los detalles, a contar una historia, a interpretar lo que tenía en su cabeza. Nos enseñó todo sobre los colores. Él fue un maestro. Reinterpretó su cultura japonesa con el estilo francés, y a la mujer de ese momento la pensó chic, con prendas divertidas pero por sobre todo muy bien cortadas y confortables”.
«Supo mezclar su propia cultura con un estilo occidental y todos sus empleados también trabajaban así. Me parece que hoy los jóvenes no se dan cuenta de la fuerza del trabajo de Kenzo Takada, porque de verdad creó su propia moda, con simpatía, siempre sonriente. Ya lo empecé a extrañar».
Por estos lares, la argentina Verónica Fiorini, titular de cátedra en la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la FADU-UBA fue una de sus fieles seguidoras en su época de estudiante. Así recuerda qué representaba el creador:
«Para nosotros en la Universidad era un faro, desde el punto de vista del diseño, porque desde una mirada multicultural, de citar otras culturas planteaba una deconstrucción, original, particular. Nosotros mirábamos mucho a Kenzo Takada, a Johi Yamamoto y a Issey Miyake, a esos diseñadores orientales que tenían distintas posturas. La postura de Takada era la más positiva, la más optimista».
«Tenía además un doble juego: por un lado la mirada japonesa sobre lo francés y europeo, y a la vez la francesa sobre lo japonés. Eso lo hacía atractivo, ese tipo de fusión. También ese cruce con lo pictórico. Ya antes de dedicarse a pintar tenía una mirada pictórica de la moda. También el interés sobre la naturaleza, eso es algo muy interesante que lo asocia a Miyake, si bien este último tenía otro código, ese aspecto se evidenció en los perfumes y en sus estampados».
«Marcó un gran sello para toda la generación de los 90 que miraban a estos referentes como puntos de llegada para aprender. Nosotros en la Universidad de Buenos Aires los estábamos mucho, sus colecciones y a pesar de que no había internet logramos conseguir las revistas y analizar las fotos de sus colecciones. Recuerdo que cuando pude viajar a París tuve la suerte de poder conseguir un libro de él y para mí poder ver su historia y sus colecciones fue algo muy preciado».
Ph: IG @kenzotakada_official y Virginie Bussierre