Pasan los años y la fiesta de la moda norteamericana esta vez se volvió más gringa que nunca. «In America: A lexicon of fashion» es el título de la muestra que desde el sábado 18 abrirá sus puertas al público en el Anna Wintour Costume Center de Nueva York, la misma que le da nombre y motivo a la reconocida Gala del Met que se realizó anoche en la gran manzana.
Inaugurada en septiembre, y no en su fecha habitual de mayo, y como antesala de la primera parte de la exhibición, el evento contó con la presencia de más de 500 celebridades convocadas por Ana Wintour directora de Vogue y mandamás del evento organizado para recaudar dinero para el instituto.
Con el actor Timothée Chalamet, la cantante Billie Eilish, la activista Amanda Gorman, y la tenista Naomi Osaka, además del diseñador Tom Ford, Adam Mosseri, y la propia Wintour como anfitriones, el propósito estuvo en revisitar la diversidad e identidad de la moda estadounidense desde el siglo XX hasta la actualidad.
Entre los más destacados estuvieron los atuendos con mensaje de Alexia Ocasio- Cortez y Carolyn Maloney, ambas congresistas del partido demócrata. La primera de ellas con un strapless, blanco, con el mensaje “Tax the rich” en letras rojas diseñador por Brother Vellies, y la segunda con referencias a los derechos de las mujeres.
También fueron relevantes los vestuarios que hicieron foco en los símbolos, la historia y la idiosincrasia norteamericana, entre ellos se destacan el hiperbolizado folk de JLo (por Ralph Lauren) y Debbie Harry con un falda armada en alusión a la bandera del país del norte, realizada por Zac Posen.
Otros dos que cumplieron con la consigna y además no cayeron en la tentación de transformar la ropa en disfraces, fueron Chalamet que eligió un ambo blanco creado por Haider Ackerman y la futbolista Megan Rapinoe con un lookazo en rojo y azul de Sergio Hudson.
Y entre los más despampanantes, dignos de la red carpet y en un homenaje, en algunos casos implicitos, a la industria hollywoodense estuvo Billie Elish con su vestidazo rosado diseñador por la factoria Oscar de la Renta y Gigi Hadid con un oufit de corte sirena de Prada y guantes negros en una oda a los años 50.
Por último hay que decir que una vez más Kim Kardashian jugó al borde con un diseño negro de Balenciaga que la tapo de piez a cabeza. El mismo que pudo leerse como una nueva expresión de mal gusto por parte de la influencer, o por el contrario: como un atinado reclamo por las mujeres de medio oriente. «¿Qué es más norteamericano que una remera de pies a cabeza?» posteo esta mañana como para dar sus razones.
