No solo en la alfombra roja de la ceremonia, sino en la misma pantalla la vestimenta y su historia disputarán por una estatuilla con tres películas que revisan su memoria e hitos.
Si solo se tuviese en cuenta quiénes son las diseñadoras de vestuario que tienen más premios en su haber, la lógica indicaría que, una vez más, el Oscar 2023, estaría destinado a Jenny Beavan (candidata por La Sra. Harris va a París) quien ya ganó tres estatuillas, lo mismo por las dos que posee Catherine Martin (nominada por Elvis).
Aunque, más allá de los resultados anteriores, y dadas las particularidades de cada una de las seleccionadas –sí, son todas mujeres– el dato que hace más atractiva la ceremonia 95° que se llevará a cabo el próximo domingo, es que al menos tres de los films nominados aluden a hitos en la historia de la vestimenta contemporánea. Eso sumado a que, en casi todas las producciones, se convocó a diseñadores de la escena fashion internacional, tanto de firmas prêt-à-porter, como Haute Couture. Algo que, nuevamente, reconfirma cuánto tienen que ver ambas industrias: el cine y la moda, desde su génesis hasta la actualidad.
Así es que Babylon tiene el ojo puesto en los años 20, lo mismo Elvis, cuyo énfasis se hace extensivo a los 50, 60 y 70, y por supuesto la fashionista La Sra. Harris…, que transcurre durante la posguerra, con el foco en Christian Dior, el diseñador por antonomasia de ese período. Pero eso no es todo, porque en cuanto a la labor de creadores de indumentaria es quizás la película Pantera Negra: Wakanda Por Siempre, la que comprende más trajes de encumbrados diseñadores y marcas del aquí y ahora, y por caso, la encargada de la ropa de Todo En Todas Partes Al Mismo Tiempo no es otra que Shirley Kurata, renombrada estilista de editoriales de moda y la encargada de los atuendos de Billie Eilish, entre otros artistas.
Babylon
A tono con la historia que cuenta el nacimiento de Hollywood, en los albores del siglo XX –a través de un relato que abunda en la decadencia de las figuras que lo componen y no escatima chabacanería, incluso con el tupé de los reiterados despliegues escatológicos– el vestuario de Babylon se corre del esperado glamour que en apariencia podría haber definido el surgimiento ideal de la meca del cine.
A cargo de Mary Zophres (nominada anteriormente por True Grit, La La Land, y La balada de Buster Scruggs) tanto las tipologías como el uso que se le da a las prendas eluden los rasgos típicos de la Belle Époque y la vuelven vestimenta de avanzada.
Y si bien, para componer a Nellie LaRoy, Margot Robbie se inspiró obviamente en la diva del cine mudo, Clara Bow (considerada la primera “it girl” de la historia), también tuvo en cuenta a Joan Crawford entre otras referencias para encarnar al personaje que se atreve al pelo largo y sauvage, algo para nada común en ese momento cuando la tendencia indicaba el corte bob. En ese sentido también está el paupérrimo vestido borravino con el que hace la primera aparición en pantalla, que poco tiene que ver con las faldas a la rodilla y las transparencias que usaban las chicas flappers, algo así como las influencers de esa década.
Más allá de esas licencias, la gigantesca y atemporal labor de vestuario que incluye reiterados cambios de ropa para los roles principales y 7 mil prendas llevadas por los 250 actores de reparto, Zophres sobresale en la caracterización de Lady Fay Zhu (Li Yun Li) con sombrero de copa y esmoquin dignos de Marlene Dietrich, lo mismo, por la extravagancia de Elinor St. John (Jean Smart) y los atuendos sporty de Jack Conrad (Brad Pitt) que le confieren la estirpe estelar a lo Valentino.
Elvis
Una vez más la pareja conformada por el director Baz Luhrmann y la diseñadora de vestuario Catherine Martin (ganadora de dos Oscars por Moulin Rouge y El Gran Gatsby), hace lo propio en la biopic sobre Elvis Presley, con el derrotero de su ascenso, estrellato y caída.
Se sabe: el Rey del rock and roll ostentó yeites vestimentarios que también lo volvieron un ícono de la moda. Y es en esa línea que, vale reconocer, al menos medio siglo de vigencia de sus inconfundibles outfits definidos por las chaquetas y los pantalones customizados, además sus características gafas y los cinturones de hebillas con pedrería. Rasgos coronados, al fin, por la estética capilar configurada con el jopo y las patillas.
Aunque, sin dudas, uno de los tesoros en el diseño de la vestimenta del film está en la verosimilitud que le aporta el trabajo que Martin encargó a Lansky Bros, la tienda en Memphis donde el mismísimo Elvis –ahora protagonizado por Austin Butler (nominado como mejor actor)– comenzó a crear su performance vestimentaria. Lo mismo al volver a poner en pantalla la recreación de los jumpsuits (monos) de la firma B&K Enterprises, bordados por Gene Doucette, quien realizó esa labor personalmente para las prendas del cantante.
También Martin acudió a la escena de la indumentaria actual al convocar a Miuccia Prada, miembro de una de las familias de la dinastía de la moda italiana, para que diseñara algunas de las ropas de Elvis y de su esposa Priscilla (quien este año tendrá su película basada en Elvis y yo, filmada por Sofía Coppola). Prada ya había colaborado con el director y la vestuarista en la oda a los años locos que se vio en El Gran Gatsby y las prendas que llevó Leo DiCaprio en Romeo y Julieta.
La Sra Harris va a París
Ganadora de tres premios Oscars por A Room with a View, Mad Max: Fury Road y Cruella, la británica Jenny Beavan es la encargada de reconstruir el universo creativo de nada menos que Christian Dior. Es que esta historia comienza justamente con el deseo que el modelo de vestido Ravissante diseñado por el maestro de la moda francesa, despierta en la empleada Ava Harris (Lesley Manville) cuando lo descubre en el guardarropa de su patrona interpretada por Anna Chancellor.
Y es en este film donde el diseño de vestuario puede ser considerado por partida doble: ya que además de cumplir con su rol esperado, el de la caracterización de los personajes, termina siendo la cuestión que le da sustancia a la película; una adaptación de Flores para la Sra. Harris (1958) de Paul Gallico, dirigida por Anthony Fabian.
La historia que ahonda en el aspecto aspiracional de la moda contemporánea, después del surgimiento del New Look de Dior, también hace lo propio al dar cuenta del reverso de la fantasía de la alta costura: por un lado, cuando el deseo de una ama de casa, viuda, siempre ataviada en precisos batones de estampa liberty, se vuelve real con todo lo que esto trae aparejado, y por otro, al visibilizar la crisis que atraviesa la Casa Dior (comandada en el film por Madame Colbert, una extraordinaria Isabelle Huppert).
Y la paradoja está en que los emblemáticos modelos que refieren a Dior Diablotine y Miss Dior, exhibidos en esta ficción, sobre todo los que se ven en la escena del desfile, no fueron confeccionados por la firma gala, sino que se trata de minuciosas recreaciones que Beavan llevó a cabo a partir de los archivos de la marca, producidas por talleres especializados durante el confinamiento por la pandemia.
Pantera Negra: Wakanda Por Siempre
Nuevamente a cargo del vestuario de Pantera Negra, Ruth Carter procura hacer expansivo el trabajo que desarrolló en la película anterior de la factoría Marvel, cuando obtuvo el Oscar en 2019. Para Pantera Negra: Wakanda Por Siempre, la diseñadora -quien colabora desde los 80 con Spike Lee y es la protagonista de uno de los episodios de la serie Abstract: The Art of Design- tuvo en cuenta el tono de duelo que atraviesa la princesa Shuri (Letitia Wright), tras la muerte de su hermano, el rey T’Challa.
Y si antes vestía colores vibrantes, ahora abundan los grises y las tipologías simples, ajustadas al cuerpo, con el propósito de transmitir protección, aunque ese sentimiento se va transformando en el transcurso del film dirigido por Ryan Coogler.
A su vez, a propósito de la amenaza a la nación de Wakanda por parte de la civilización subacuática Talokan, es que Carter no solo se asesoró con historiadores sino también con expertos en ciencias submarinas para mejorar las armaduras de las guerreras Dora Milaje y hacer que sus trajes les permitan nadar.
Nuevamente a cargo del vestuario de Pantera Negra, Ruth Carter obtuvo el Oscar en 2019.
Nuevamente a cargo del vestuario de Pantera Negra, Ruth Carter obtuvo el Oscar en 2019.
Hay algo más: el film se vuelve un comic fashionista sí se tiene en cuenta la comercialización de modelos deportivos de la marca de las tres tiras que aluden a esta ficción, sumado a la fusión de tecnología y artesanía incorporada a la película a partir de los diseños de la holandesa Iris Van Herpen, quien no escatimó recursos, ni talento, para el atavío de Shuri, cuyo espectacular collar está inspirado en los jarrones mayas que representaban a nobles y gobernantes, lo mismo Namora (Mabel Cadena) con la capa de hojas de organza forradas en plata, lista para actuar debajo el agua. El álbum de invitados para vestir esta historia se completa con las casas francesas Thierry Mugler y Hervé Leger que también hicieron sus aportes.
Todo En Todas Partes Al mismo Tiempo
Al minimalismo en el presupuesto y en el tiempo de producción de este film independiente que logró once nominaciones al Oscar, la diseñadora de vestuario Shirley Kurata le responde con versatilidad en los recursos para maximizar las opciones de la vestimenta de cada uno de los personajes que surfean en los universos paralelos (referidos a estrellas de cine, Kung Fu o salchichas, entre otros) surgidos de las decisiones que Evelyn Wang (Michelle Yeoh) fue tomando en su vida.
En la historia pergeñada por los denominados Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheinert), justamente Wang, de origen asiático, es la dueña de una lavandería complicada por deudas de impuestos, al mismo tiempo que está en una mala relación con su esposo, Waymond Wang (Ke Huy Quan), y en otra pésima con su hija Joy, también en el rol de Jobu Tupaki (Stephanie Hsu).
A su vez, el frenesí que define el relato del multiverso es el que le da dinamismo a la vestimenta acorde a la cotidianidad de los personajes, por caso Deirdre Beaubeirdra (Jamie Lee Curtis) que compone una memorable inspectora del IRS, el servicio de recaudación fiscal norteamericano.
Mención aparte para la escena en la que Jobu aparece caracterizada como Elvis Presley (recuérdese que la película sobre el cantante también está nominada por vestuario) o cuando se presenta en el desopilante universo asociado a un bagel con un traje con gorguera hiperbolizada incluida, realizado en colaboración con la diseñadora de indumentaria Claudia Li.
También con Kurata hay que releer el capítulo de moda que la tiene como protagonista y remite a los trabajos que hizo para la firma Rodarte y Miu Miu, además del propio negocio de ropa de hombre que fundó con su pareja en una antigua tienda de motos en Los Ángeles, el estilismo para Lena Dunham y las editoriales para las prestigiosas Paper Magazine y WWD.
La omisión de Tár
Sorprende que no haya sido nominada Tár, la película dirigida por Todd Field, donde el vestuario es un elemento central para la composición de Cate Blanchett. La obsesiva pianista Lydia Tár, no sería la misma sin la perfección de los trajes sastre que viste en los momentos célebres, como tampoco sin las prendas de diseño contemporáneo o la ropa casual con la que aparece en las escenas en la universidad y en el ámbito doméstico. La diseñadora alemana Bina Daigeler reconocida por sus trabajos con Pedro Almodóvar (Todo sobre mi madre y Volver) entre otros directores, quien antes vistió a Blanchett en Mrs. America y Manifesto, es la artífice del vestuario de este excepcional personaje que será recordado también por su apariencia.
Artículo publicado en Revista Ñ