De La Boca a ArteBA. Mixturas de arte, moda, arquitectura, diseño. Obras exhibidas hasta el 14 de abril.
Se sabe, al final del barco, en la parte trasera, está la Popa. Su función es evitar remolinos y mantener la energía. Valga semejante metáfora como nombre de esta galería que, por primera vez, hará su desembarco en ArteBA. Se trata de una tripulación de artistas emblemas del under de finales de los años ‘80 y hasta mediados de los ‘90. Aquellos que en su mayoría se tutearon -y lo siguen haciendo- con el mundo del diseño y la moda local. En la sección Utopía de la feria de arte más importante del país, se podrá ver Putopía la puesta que -anagrama queer mediante- montaron Marcelo Bosco y Jo Johannas, fundadores de Popa, y que incluirá obras de Sergio De Loof, principalmente, Christian Dios, Gaba de Dios, Bárbara Bianca Lavogue y del mismísimo Johannes. Además de Eduardo Capilla, Mónica Van Asperen, Araceli Pourcel, Cristian Rosas (Perú) y Camila Sepúlveda (Chile).
En diálogo con lamodadice Bosco habla del devenir, cómo llegaron hasta acá, y qué se podrá ver en el Stand U1 de ArteBA.
Es la primera vez que estarán en la feria ¿Cómo se dió la participación?
Nos presentamos para la sección Utopía, éramos 50 y quedamos 15. Estamos re contentos. Lo que más les gustó de nosotros es que vamos a presentar a artistas desde fines de los ‘80 hasta mediados de los ‘90. Además de otros artistas de esa generación pero con obra actual. Va a ser muy divertido. Son artistas power, con personalidades fuertes. Va a ser como un “neuropsiquiátrico”, así que yo que también soy medio loco tengo que volverme…
Súper cuerdo…
Si para poder manejarlos a todos… (risas)
Cuando arrancaron la galería la postularon como un contrapunto con Proa
Sí y pensamos que iba a ser algo que quizás no caía bien, pero Adriana Rosemberg, directora de la Fundación PROA, nos vino a visitar, convocó amigas y les encanta. Colaboran mucho y tienen muy buena onda con nosotros.
Desde el vamos proponen que sea una galería relacional y contraeconómica ¿cómo se dio al principio y cómo se da ahora?
El arte es relacional y es económico, porque tenemos que vivir. Aunque no solamente se trata de crear una obra sino que la idea es que también las personas se relacionen con la obra, como si fuese una en trilogía. Hacemos muchas performances, como las de Eduardo Capilla, por ejemplo. Vienen, charlan, se sientan en los sillones, toman vino y comen choripanes. Algunos compran y los que no compran se quedan hasta las ocho de la noche. Es relacional, no es un espacio al que llegas y te vas a los 20 minutos. Es un espacio que además está lejos entonces te invita a quedarte un rato.
Hace seis años decías que es una galería queer, entendiendo lo queer como una forma de ver la vida más allá de la decisión sexual ¿Lo seguís sosteniendo?
Si, claro. El stand en ArteBA se va a llamar Putopía. Es una visión queer. Es una forma de ver la vida, de relacionarse, de tener una historia del arte. Y no de enfocarse solo en una forma, es una búsqueda de algo distinto que tiene que ver con eso.
Los artistas seleccionados están casi todos relacionados con la moda…
Los artistas de esa época todos hacíamos un poco de todo. Yo trabajé en moda con Ruth (Infarinato) y con Alfredo (Guzmán), fui vestuarista, hice cine. Trabajé en Europa y en Nueva York. Éramos muy pocos e íbamos todos a los mismos lugares. Íbamos a las mismas muestras, nos veíamos en las mismas fiestas. Era la forma de vivir en los ‘90, era como un paraíso.
¿Y qué vino después del paraíso?
Vino otra búsqueda. Uno se va amoldando a todo. El mundo lo hacen los jóvenes, tengo esa teoría pero también tengo la sensación de haber vivido. Y ¡cómo nos divertimos! Puedo jurar que me he reído como nadie se río en su vida
¿A qué atribuís tanta ebullición creativa?
Es increíble. Estoy absolutamente seguro que tuvo que ver con el final de la dictadura , como en España que se lo sacaron a Franco de encima. Acá tardamos más, pero en el ‘86 ya estaba Bunker, había lugares gay y no gay. La expresión magnífica de la Bienal del ‘89. Lo vi y me quedé flasheado con De Loof, Mónica Van Asperen, Gaby Bunader, Andés Baño, Gabriel Grippo. Ropa de cuero y de plástico, música rarísima, como electrónica pero con sonidos guturales. Me acuerdo que iba a Bolivia y todos los hombres se saludaban con un pico en la boca. Me parecía fascinante.
¿La expresión de la moda y la vestimenta trajo esa libertad?
Si, la moda y el arte. Pero más la moda. De Loof, en ese momento era el padre de todos. Fue una época genial. Muy Almodovar, empezaban a salir películas como “La ley del deseo”. Ahora, creo que hay una energía que está volviendo.
Obras putópicas
- De Loof. Arte trash rococó. Imágenes de pinturas clásicas impresas en lonas vinílicas intervenidas con la firma del artista, además de collages y cuadernos.
- Cristian Dios. Fotografías registradas con su polaroid. Personajes y situaciones de los años ‘90. Eleonora Cassano y Humberto Tortonese, entre otros.
- Bárbara Bianca Lavogue. Dibujos realizados por la reconocida Drug, ícono de los ‘90. Hechos sobre papel y una rareza realizada sobre madera.
- Jo Johannes. “Proyecto Joyas”. Unión entre la fotografía y la arquitectura. Edificios reconstruidos para crear nuevas imágenes que emocionan al artista
- Gaba de Dios. Obras realizadas con perlas de fantasía enhebradas o sueltas. Hechas en marcos antiguos para respetar la información cargada en el tiempo