Mientras transcurre la edición número 76 del Festival de Cine de Venecia, en todo el mundo, sin exagerar, se sigue hablando de los dichos de Lucrecia Martel, a propósito de la negativa a asistir a la gala de presentación del film de Roman Polanski, eso por un lado y por el otro, o al mismo tiempo, la directora oriunda de Salta, estremeció a propios y ajenos con el discurso que pronunció en el homenaje a Pedro Almodóvar.
Muy emocionada propuso un viaje de treinta años atrás -y un poco más también- hacia los comienzos y a mirar de cerca los hallazgos, del reconocido director manchengo que con tanto afecto ya es parte esencial de la cultura, la de allá, al otro lado del océano y también la de acá, la argenta. Es que Almodóvar fue parte de la cotidianidad de los jóvenes que comprendían qué era la libertad ya entrados los años 80 y fue además aquel que dignificó a gays, lesbianas y trans, cuando todavía muy pocos lo hacían.
“Es imposible ver las películas de Almodóvar sin reconciliarse con los rincones de nuestra casa donde naufraga la moda, los fondos horrorosos que pueblan nuestras fotos familiares, nuestras fiestas de 15, nuestros peinados, Almodóvar inundó nuestra memoria con invenciones que no necesitan de grandes presupuestos sino de honestidad provinciana”. Así aludió a los elementos que conformaron ese estilo único que estuvo caracterizado “livings de empapelados desquiciados”, “peinados con spray” y “mujeres asimétricas” que según Martel “nos hicieron más libres y nos liberaron del buen gusto, la buena educación y la honestidad mezquina de los que se llaman normales”, agregó.
Almodovarianas ciento por ciento
Bienvenida esa referencia pormenorizada al universo estético del hombre que signó la movida que sacudió a España después de treinta y seis años de franquismo y qué mejor oportunidad que esta para realizar un repaso de los vínculos que mantuvo y que aún alimenta con la escena fashion cada vez que puede. Dos referentes de la cultura, la moda y el vestuario local, hablaron con lamodadice sobre las influencias del director español adorado por los argentinos.
¿Cómo puede definirse el universo “almodovariano”? «Creo que su estética se define entre sus influencias y su capacidad de lectura de época al mismo tiempo es una clara anticipación del futuro» expresa Patricia Conta, diseñadora de Indumentaria (UBA), especializada en vestuario de cine. Cuando Almodóvar comenzó a expandirse por fuera del mercado hispano, esto pasó con «Mujeres al borde de un ataque de nervios”, incorporó diseñadores que ya tenían reconocimiento internacional, bajo el mando José María de Cossío, a quién sin dudas se atribuye gran parte de la impronta almodovariana. Estuvo a cargo de la ropa de los personajes de, entre otros films; ‘La ley del deseo’, ‘Átame’, y ‘Tacones lejanos’. Entre los españoles otro de los predilectos fue Francis Montesinos que lo acompañó al comienzo en “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón”, “Entre Tinieblas” y “Matador”.
Cómo no recordar a Verónica Forqué en la piel de Kika, en el film del mismo nombre, con remeras offshoulders, faldas floreadas o de estampado Vichy diseñadas por el mismísimo Gianni Versace. En ese film también estuvo la destreza del todavía joven Jean Paul Gaultier en el traje futurista que usa Victoria Abril. “Retoma el universo icónico por el que transita el diseñador y a su vez levanta el guante de la influencia techno juvenil de los 80 viviendo el futuro como si fuera una catástrofe de ciencia ficción” dice Conta, que además comenta que ella y sus compañeros de estudios: “Inundábamos los talleres con colores saturados como los que Almodóvar se atrevía a mostrar en sus películas, dabamos por tierra y nos divertía armar combinaciones de colores que estallaran en la vista de quienes nos vieran pasar”. Eso pasaba en la época en las que se celebraron las bienales de Arte Joven, cuando los esos jóvenes se atrevían a mostrar personajes casi que de ficción. «El espacio de Almodóvar también hacia posible la existencia de estos verosímiles en el diseño de moda”, comenta la diseñadora.
“Mi recuerdo primero es el de la inspirada composición de cada cuadro; los colores; los aros de cafetera; y esa dicótoma de reírse de lo patético del drama extremo, además del barroco, lo kitsch, la libertad de no ser cool” expresa Juliana Gattas, cantante de Miranda. Declarada fanática de la escena ochentosa que incluyó a Alaska, Fangoria, MC Namara y Carlos Berlanga, entre otros artísticas icónicos del pop español, revisitó a Almodovar cada vez que pudo desde que inició su carrera. “Me marcó mucho la película “Tacones Lejanos”, si bien no es la más ‘pop’, es un bolero desgarrador, pero que en la belleza de sus personajes vivos, reales, coloridos y resilientes, se produce un reciclaje de emoción, parecido al del universo de la discoteca, donde nacimos, y donde todos estamos de acuerdo en querer estar mejor”, considera.
Actualmente, el film más reciente, “Dolor y Gloria”, cuenta con la presencia de la cantante Rosalía – millennial de la moda contemporánea- con la dirección de vestuario de Paola Torres. Además, en los últimos años, Almodóvar se ha declarado seguidor del diseñador andaluz Alejandro Palomo Spain, quién apuesta a un glamour más bien dosmético, y lo mixtura con sus raíces gitanas mientras se burla del binomio de lo femenino y masculino. Tal cuál lo hizo Almodóvar en cada una de sus aventuras cinematográficas.
Ph: Jorge Aparicio, Jean Marie Leroy- Productora El Deseo