Con saco y pantalón crudo, zapatillas amarillas y un gran bolso del mismo color, así se la vio a Jane Fonda, actriz y activista por la crisis climática, protagonizando la nueva campaña de Gucci. Esa foto tan comentada, no solo pone en escena a una mujer de 82 años como imagen de una marca de lujo sino que además constituye una nueva apuesta a la sostenibilidad. Se trata de la presentación Off the Grid, la línea de moda circular que incluye una alianza con Aquafil, la empresa productora de nylon regenerado comercialmente denominado Econyl.
Los materiales usados para desarrollar prendas y accesorios fueron y seguirán siendo fundamentales en tanto síntomas de época. Alcanza con recapitular qué representó el plástico en los 60, el denim en los 50, y la poliamida o nylon en los 40. Y si bien este último, un polímero derivado del petróleo, fue creado en 1935 por Wallace Carothers para la fábrica Du Pont, recién cinco años después llegaron las medias de nylon al mercado constituyendo un cambio fundamental en la moda del siglo XX.
Esta fibra se integró a la vestimenta de la vida cotidiana de hombres, mujeres y niños, y fue totalmente naturalizada en la producción y el uso, hasta que -tras las denuncias cada vez más pronunciadas por la alta contaminación que provoca- el sector de la indumentaria comenzó a incorporar otros desarrollos; principalmente los de origen vegetal, los biomateriales, y las nuevas fibras sintéticas, entre otras el Econyl.
¿Por qué marca la diferencia?
A diferencia del nylon convencional no proviene del petróleo, sino que se obtiene a partir del reciclaje químico de desechos. ¿Cómo es el proceso? Primero se recolectan los descartes post consumo (alfombras y redes de pesca) y pre consumo (textiles y plástico). Después se realiza la despolimerización, que es la operación que permite retornar a los componentes del nylon de origen. Luego, se desarrolla el hilo para fabricar productos que podrán volver a ser reciclados. Justamente, uno de sus principales valores es que puede ser recreado y remodelado infinitamente sin perder las características en cuanto a su funcionalidad y la resistencia. Por eso, desde la marca, insisten en el impacto positivo que pueden tener los diseñadores si, desde el vamos, hacen hincapié en cuál será el destino de un producto y cómo puede influir en el medioambiente.
Además de ser elegido por Gucci, también fue implementado por Prada en junio del 2019. El proyecto denominado Re-Nylon implicó la producción de las mochilas icónicas de la firma ahora desarrolladas con el nuevo material. Para esta iniciativa la marca se vinculó con National Geographic y realizó una seriada de videos cortos que, entre otras cosas, dieron a conocer una planta de reciclaje de alfombras en Arizona, Estados Unidos, que funciona como fuente para producir Econyl. La británica Burberry también lo utilizó este año, en el marco del compromiso sostenible de cara al 2022. Realizó gabardinas, parkas, capas y accesorios con el nylon regenerado. A eso se sumó que los diseños fueron desarrollados en instalaciones asociadas con programas de reducción de energía y agua, reciclaje de textiles y gestión de productos químicos.
Hasta acá, al haber sido incorporado en el sistema productivo de las firmas más costosas del planeta, la cuestión es saber si solo podrá ser usado para desarrollar productos de lujo o hay otros usos posibles. «Fue creado y lanzado al mercado hace nueve años cuando la sostenibilidad todavía no era una palabra de moda, hoy trabajamos con más de 1000 marcas de todo tipo y para diferentes aplicaciones», dice Giulio Bonazzi, Ceo de Aquafil. Así es que, se utiliza para desarrollar trajes de baño, ropa deportiva, bolsos, anteojos y también alfombras, entre otros productos. «Por lo tanto, no hay limitaciones para lo que es posible hacer y para las firmas que pueden usarlo», señala el empresario. Un claro ejemplo de ello es el de la marca de indumentaria outdoor Napapijri creadora de la chaqueta Infinity: una prenda cuya composición es un 100 por ciento reciclable. Otra de las implementaciones para destacar, que además tiene un propósito simbólico, es el uso de este material en el desarrollo de alfombras para eventos de moda, ya sea en el Green Carpet Fashion Awards o en los premios que entrega el Council of Fashion Designers of America (CFDA).
El uso en la región
En América latina, algunas empresas de indumentaria y accesorios ya producen con nylon regenerado. Tal es el caso de Isla de Lobos la marca de la argentina Sofía Curi que tiene sede en España y se vende en todo el mundo. «La manera tradicional de hacer colecciones herméticas cada seis o incluso tres meses, ya está llegando a su fin», reflexiona la diseñadora formada en la escuela Central Saint Martins, quién cree que, además de ser obsoleto, ese modo incentiva el consumo excesivo y por lo tanto el desperdicio. «Un proceso de producción más orgánico y sostenido es posible, resulta cualitativamente muy superior y respetuoso con el bienestar del consumidor y de nuestro planeta», añade. Para Curi al incorporar este material en su producción está colaborando, además, con el propósito de eliminar los desechos de los océanos.
A su vez, la firma chilena Karün fabrica lentes con este material. El plus es que, junto a miembros de comunidades patagónicas del país trasandino, se encarga de recolectar los desechos para enviarlos directamente a Econyl. ¿Los beneficios? «Podemos reciclar plástico bajo un proceso químico, solo con vapor y presión, sin usar tóxicos, y esto permite que el producto final tenga las mismas propiedades de un plástico virgen, pero 100 por ciento reciclado», explica Daniela Edwards, Brand Manager de la empresa.
Desde sus comienzos, Karün es pionera en la búsqueda de opciones sostenibles. En el 2012 desarrolló anteojos de madera, en 2015 lanzó los producidos con plástico reciclado y actualmente está enfocada en nuevos materiales para ser lanzados en septiembre de 2020. Esto último da la pauta que además del nylon regenerado, existen otras fibras y potenciales investigaciones que inevitablemente aluden a la moda del futuro más inmediato. «Los materiales son la clave en un sistema de economía circular y deben mantenerse en el flujo, como lo hace la naturaleza cuando toma los desperdicios como nutrientes para nuevos productos- profundiza Bonazzi-, esto debe estar siempre en nuestra mente».
- 16 plantas industriales producen Econyl en Italia, Alemania, Escocia, Eslovenia, Croacia, Estados Unidos, Tailandia y China.
- 100% del material proviene de desechos.
- 70.000 barriles de petróleo crudo y 57.100 toneladas de CO2 se ahorran cada 10.000 toneladas producidas.
- 80% menos de impacto en el calentamiento, si se lo compara con el nylon tradicional.