Se sabe: una luz infrarroja se caracteriza por aportar calor y por permitir ver aquello que no es posible con la luz visible, la más frecuente, e incluso entre otras virtudes puede ser usada para calmar dolores. Ayer, pasadas las 19:30, con la presentación de la colección SS2020 de Tramando, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), transmutó, justamente, en eso, un espacio infrarrojo. Una vez más la firma liderada por el diseñador Martín Churba, implosionó el sentido común, y tal cual lo hizo la temporada anterior, echó mano al stock textil en su haber con el claro propósito de: por un lado responder a una necesidad y por el otro; revalorizar la materia prima en existencia. Detalle para nada menor en tiempos en los que la sostenibilidad está dejando de ser solo una alternativa.
Así es que, en «Infrarojo», el nombre de la colección, para lograr un lenguaje único en cuanto a la paleta de colores y las texturas, las telas están unidas a través del recurso de la termo estampa a temperaturas de entre 150 y 185 grados. “Lo de ‘infrarojo’ surge por la necesidad que tenemos del calor como valor físico y, a su vez, alquímico, para generar nuestras colecciones” dice Rob Honores diseñador en Tramando. Pero hay algo más, en un sentido metáforico, alude la coyuntura con una industria textil cada vez más recalentada.
El desfile arrancó con las bellísimas imágenes creadas por la artista visual Hef Prentice que fueron proyectadas, valiéndose del recurso del mapping, en la extensa pared de la sala del museo. Mientras sonaba la selección que incluyó a Massive Attack y Pablo Betas, hubo 3D, personajes andróginos y rostros perlados, como preludio de la primera parte de las pasadas que incluyó prendas de línea simple, impronta deportiva, con primacía de los colores cálidos (naranja y rojo, por supuesto).
Antes de la segunda parte llegó la situación performática, a cargo de la bailarina y coreógrafa Andrea Servera, que a esta altura ya es un clásico de los desfiles de Tramando: un dueto de modelos se entrelazó en un brindis ondulante al mismo tiempo que otros se tomaban de la mano y hacían lo propio al otro extremo de la pasarela devenida en escenario. Siguió luego con el pasaje a otras tipologías en colores más fríos (violeta, azul, negro) y estampas radiográficas. “Laburamos desde un lugar visual, a través de la impresión de las prendas, justamente para ver el esqueleto y la construcción que tienen” comenta Rob, y explica que con ese método dan a conocer qué sucede por dentro de cada una. Vale decir que las estampas incluso contienen las manos radiografiadas de Churba y de él mismo, de Rob, en definitiva ahí están los valores de Tramando: tanto en el calor, como en el trabajo artesanal.
Rostros
Verónica Mendoza, maquilladora Oficial de Natura con productos Natura Una fue la hacedora de dos estilos principales: el de la piel satinada y luminosa que emuló los maniquies que se usan para mostrar indumentaria, para pasar de esa expresión irónica paso a una propuesta más trendy con labios rojos y anaranjados.