2020: El año que vestimos en pandemia

Al menos en lo que va de este siglo, no se había vivido una pandemia de estas características que afectara la salud, la economía y la vida social del mundo entero como pasó con el Coronavirus. El 2020 quedará para siempre en nuestros pensamientos como el tiempo en el que: supimos qué es vivir confinados, de qué se trata el home office y cómo se sobrevive al distanciamiento social, además de encontrarnos mediados por las pantallas las 24 horas del día, consumiendo y vistiéndonos de un modo desconocido. 

La moda por supuesto no quedó al margen de este abrupto cambio que transformó a todo el planeta. Con aciertos y desaciertos, el diseño y la industria atravesaron -y lo siguen haciendo- esta nueva era signada por la crisis del Covid- 19. A continuación, un repaso por los momentos que, a nuestro pesar, hicieron que este año se vuelva inolvidable:

Semanas Digitales

En febrero, cuando el virus comenzó a propagarse por el norte de Italia, Giorgio Armani, fue el primer diseñador en dar el batacazo. Suspendió su desfile presencial para optar por una propuesta digital sin público presente. Esa fue la génesis de una nueva manera de mostrar moda. La primera, entre las más emblemáticas (Londres, París y Nueva York) en presentarse formalmente en formato digital fue la London Fashion Week, luego siguieron las versiones francesas e italianas. Algunos desfiles se circunscribieron a la idea de un fashion film, otros fueron presentaciones on line de los diseñadores, ya sea en una entrevista, simples imágenes del back de campaña o la preparación de una colección. Entre lo más novedoso estuvo el desfile de Moschino liderado por Jeremy Scott, quien montó un teatro de marionetas con réplicas a pequeña escala de cada uno de sus diseños

En la región, la semana de la moda de México fue la primera en apostar al modo virtual, con buenas muestras del diseño azteca que incluyó artesanado y marcas mainstream. En la versión estival, contó con Argentina como país invitado, con los desfiles de Min Agostini, Mila Kartei y Daniela Urquizu. Por supuesto que las habituales semanas locales también tuvieron su versión online, con Designers BA Digital y Buenos Aires Fashion Week. Lo cierto es que más allá de estos nuevos modos, todavía no hubo grandes novedades en cuanto a la manera de narrar la moda. 

Diseños pandémicos

Las marcas que reaccionaron más rápido orientaron su producción íntegramente al desarrollo de máscaras protectoras, comúnmente denominadas “barbijos”. Ese fue el caso de Jazmin Chebar, la firma liderada por la diseñadora homónima y el reconocido empresario Claudio Drescher. Otras, como Natura y Avon hicieron lo propio en términos cosméticos y destinaron sus recursos a fabricar alcohol en gel. También hubo propuestas solidarias como las diseñadoras Mariana Cortés de Juana de Arco y Vicki Otero de la marca del mismo nombre. Ambas, cada una con  su propuesta, hicieron cubrebocas, y destinaron parte de la recaudación a fines benéficos. Además, creadores como Martín Churba, desarrollaron opciones innovadoras y exploraron materiales y diseños ante la nueva necesidad de tener que cubrirse la cara. Algo más para destacar fue la fusión de ciencia y textil llevado a cabo por investigadores del Conicet, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), con el apoyo de la PYME textil Kovi S.R.L. Lograron telas tratadas con activos antivirales, bactericidas y fungicidas para fabricar Atom Protect, «barbijos de uso social».

Pérdidas

La muerte de Kenzo Takada por coronavirus conmovió a la plana mayor de la moda contemporánea. El diseñador japonés instalado en París desde la década del 70 se fue de este mundo cuando aún estaba en plena actividad, ocupado con su línea de diseño para la casa. Si bien, había vendido su marca hace veinte años atrás, durante las últimas décadas también continuó trabajando en el desarrollo de sus fragancias. Tarea que lo llevó a visitar diferentes países, entre ellos, Argentina, donde estuvo por última vez en el 2018, y convocó a centenares de seguidores que recordaron su apogeo en los años 80. 

En septiembre se lamentó además la partida de Elsa Serrano, modista clave de la escena local. Encargada de vestir a divas como Susana Giménez o Mirtha Legrand, además de ser la diseñadora y estilista de Zulema Yoma y su hija Zulemita, durante el gobierno comandado por su padre, Carlos Saúl Menem. A lo largo de más de cincuenta años de carrera, Serrano osciló entre las prendas que vendió en su primera boutique, el prêt-à-porter y los diseños semi couture. Sus última apariciones fueron en el reality show Corte y Confección siendo reconocida por generaciones de jóvenes.

La muerte de Maradona, al ser el último ídolo popular, desencajó a la sociedad en general y entre todas sus facetas también fue destacado su modo de vestir. Cómo no mencionar su fanatismo por Versace en los 90 o el anterior berretín por las pieles y los diamantes. 

Ahora sí, sostenibles

La llegada de la pandemia trajo aparejada una baja en el consumo y al mismo tiempo nuevos hábitos al momento de comprar. En el reverso de la descomunal caída en las ventas, en algunos casos, estuvo asociado más que nada al cliente que elige hacerlo de otra manera. En ese sentido, las firmas que ya estaban en el camino por la sostenibilidad, lo profundizaron, con propuestas atractivas para el cliente. 

En ese marco, la técnica del upcycling fue una de las más expandidas. Aunque ya venía dándose desde hace varias temporadas, en este entorno se hizo más evidente. Alcanza con pensar en marcas como Jean Paul Gaultier, Stella McCartney y Margiela, entre otras. En el ámbito local hay que destacar a Jaramillo, la cápsula de Jessica Trosman y Churba para Tramando, realizada a partir de prendas de descarte de una taller que cerró hace 30 años. 

Al mismo tiempo aumentó la idea del reuso: se consolidaron tiendas online vintage y aparecieron nuevas ferias y showrooms virtuales. RE! comandado por Juliana Politzer junto con Agustina Butler por fue una de esas propuestas. También marcas de volumen masivo hicieron lo propio: Patagonia lanzó la campaña “Comprá menos, exigí más”, que, entre los diez consejos que propone, incluye: reparar lo que está roto y usar cosas heredadas, solicitar ropa de comercio justo y pedir prendas que sean recicladas.

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